El Coliseo fue construido entre el 70 d.C. con el emperador Vespasiano y el 80 d.C. con su heredero Tito.
Se construyó en una zona pantanosa, por lo que se creó un basamento de 15 metros de travertino donde se colocaron los sistemas de drenaje y las galerías de servicio.

A lo largo de los años, el Coliseo sufrió numerosas modificaciones en su diseño original. Entre estas modificaciones, el emperador Domiciano ordenó la construcción de un nivel subterráneo también conocido como hipogeo, que se construyó sobre los sistemas de drenaje.

Los subterráneos del Coliseo estaban formados por un sistema de galerías con dos enormes corredores. En estas galerías se movían los esclavos que realizaban sus servicios sin ser vistos por los espectadores y sin obstaculizar los espectáculos en la arena. En los subterráneos también se encontraban las bestias y los gladiadores que se preparaban antes de subir a la arena a través de los 80 túneles verticales con acceso directo a la arena.

Las renovaciones que se llevaron a cabo a lo largo de los años incluyeron la implementación de algunos sistemas avanzados para ese período, como ascensores y mecanismos hidráulicos.

En los siglos siguientes, después de dejar de usarse para las luchas, los subterráneos fueron enterrados hasta que comenzaron las excavaciones a fines del siglo XIX.

Visita los subterráneos del Coliseo

Es posible reservar visitas guiadas que te permiten acceder al área subterránea del Coliseo para conocer mejor la historia del anfiteatro romano más grande del mundo. Con el mismo boleto se incluye la visita a la arena, al Foro Romano y al Palatino.

Un vistazo a los subterráneos de Roma

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